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Beso de Sirena, nuestro vino semidulce más afrutado, acaba de lanzar al mercado su nueva añada correspondiente a la cosecha 2020. Como explica nuestra enóloga, Laura Manzanos, este 100% uva Viura resulta “ideal para adentrarse en el mundo del vino por ser afrutado, agradable y fresco”.
“Está elaborado a partir de uvas con cierto nivel de sobremaduración, lo que le ayuda a mantener el equilibrio entre el dulzor y la acidez. Su elaboración es similar a la de nuestro Tarón Blanco, con la peculiaridad de que al final de su fermentación se baja la temperatura para que las levaduras dejen de trabajar y quede un azúcar residual en torno a 22-26 gr/l”, añade.
Perfecto para la temporada de verano
Este vino semidulce tiene un color amarillo suave, con tonos verdes. Su nariz es alegre con aromas de frutas blancas y de hueso. Dulce sin ser empalagoso y con un gusto final a fruta escarchada.
Y para que su disfrute sea todo un éxito, este vino debe tomarse frío. Entre 7ºC y 9ºC será su temperatura óptima, por lo que resultará estupendo para los meses más calurosos.
Este vino es el compañero de viaje ideal para comidas ligeras con cierta acidez, como son los platos más típicos de la temporada de primavera-verano, entre ellos: las ensaladas de marisco o de pasta y, también, los pescados azules.
Puedes encontrar la nueva añada de Beso de Sirena 2020 en nuestra tienda online.
Por qué un Beso de Sirena
En Tirgo, la localidad donde se ubica nuestra sede social, encontramos la Iglesia románica El Salvador, que data de finales del siglo XII o inicios de XIII. Alzando la vista hacia uno de sus capiteles localizamos a nuestra protagonista: una sirena con doble cola.
Este y otros seres mitológicos son conocidos como seres del bestiario y son frecuentemente utilizados en frisos y capiteles románicos. Posteriormente en el medievo se utilizaban para representar el pecado y disuadir a los creyentes de seguir el camino equivocado.
Después de tener tan cerca ese capitel inspirador, no nos pudimos resistir a crear Beso de Sirena, un vino que representa la iconografía del deseo por excelencia, la sirena, cuya imagen ha perdurado a lo largo de los siglos.